1. Infórmate. Conoce la problemática ambiental que hay
en tu comunidad, en tu país y en tu planeta. Estar informado te permite saber
qué hacer para proteger el medio ambiente.
2. Alza la voz. No basta con saber: hay que pronunciarse,
denunciar, cuestionar, proponer, pasar la voz, motivar...
3. Actúa. Cada una de tus acciones impacta negativa o
positivamente nuestros ecosistemas. No creas que tirar una basura no importa
porque sólo es una... no creas que levantar una basura no sirve porque sólo es
una. Todo cuenta, así que cada cosa que hagas que sea en favor del planeta. El
papel de la acción ciudadana es hacer valer nuestros derechos y actuar como
testigos de la sociedad ante aquellos actos y hechos que lesionan tales derechos.
En muchos casos ha sido la sociedad civil la que, con sus demandas, ha
impulsado la creación de normas y programas ambientales, al exigir acciones
concretas ante problemas determinados. En Greenpeace creemos que para lograr
este fin se debe optar siempre por una estrategia de acción no-violenta. Esto
implica el respeto por todas las personas (ya sean aliados, neutrales o
adversarios).
4. Exige a los tomadores de decisiones, a tus
gobiernos (municipales, locales o federal) políticas públicas en beneficio del
medio ambiente.
5. Usa bicicleta, transporte público o comparte el auto
cuando lo utilices.
6. Elige productos que no estén envasados en plástico y
recicla o reutiliza los envases.
7. Compra frutas y verduras orgánicas (los
fertilizantes y pesticidas suelen ser derivados del petróleo).
8. Comprar productos de belleza (shampoo, jabón o
maquillaje) elaborados con ingredientes naturales, no derivados del petróleo.
9. Elige productos elaborados localmente. De esta
manera se reduce el consumo de combustibles empleados para su transporte.
10. Prefiere la ropa hecha de algodón orgánico y no de
materiales derivados del petróleo.
11. No uses artículos desechables.
12. Viaja menos en avión.
13. Demanda el uso de las energías renovables en lugar
de los combustibles fósiles.
14. Cambia tu calentador por uno solar.
15. Aprovecha la energía solar. No sólo como luz
natural, también como fuente para recargar tus aparatos, hay cargadores solares
para muchas cosas como celulares, relojes, calculadoras, etc.
16. No desperdicies energía. Apaga las luces que no
utilices y desconecta los aparatos eléctricos.
17. Cambia definitivamente los focos de bombilla por
focos ahorradores.
18. Tu refrigerador usa más energía que cualquier otro
aparato en tu hogar pero éstos son los pasos para mantener su consumo de
energía al mínimo
•
Mantenerlo en entre 3 y
5°C, el congelador en entre -17 y -15°C.
•
Abre la puerta lo menos
posible y por un corto periodo para conservar la energía.
•
No lo ubiques cerca de
una fuente de calor.
•
Limpia los carretes del
condensador que se encuentran detrás o debajo del refrigerador por lo menos una
vez al año.
19. Y siguiendo en la cocina. Usa ollas de
presión, pues gasta poca energía. Utiliza sartenes y ollas con fondo plano y
con un diámetro superior al de la superficie de la parrilla, así la cocción
será más rápida y ahorrarás energía.
20. No precalientes el horno. Es innecesario. Además,
apágalo 15 minutos antes, el calor que queda en el horno terminará la cocción.
21. Sé un consumidor responsable. Consume sólo lo que
necesitas y agota la vida útil de los productos, en otras palabras: reduce,
reutiliza y recicla.
22. También se un consumidor responsable de agua. No
desperdicies este cada vez más escaso recurso y al mismo tiempo estarás
ahorrando energía porque hacerla llegar a tu casa, tratarla y desecharla
implica un gasto energético.
23. Digamos no a los transgénicos. Ni en nuestro campo
ni en nuestra mesa. Opta por productos frescos y naturales.
24. Cambia el centro comercial por el mercado. Estarás
comprando productos más frescos y seguros, sin transgénicos, además de apoyar a
productores locales.
25. Lee las etiquetas de los productos que compras. Si
en la etiqueta encuentras alguno de estos ingredientes, cuidado, puede ser
transgénico:
•
Soya: en forma de
harina, proteína, aceites y grasas (a menudo se "esconden" detrás del
concepto de aceites o grasas vegetales), emulgentes (lecitina-E322), mono y
diglicéridos de ácidos grasos (E471) y ácidos grasos.
•
Maíz: en forma de
harina, almidón, aceite, sémola, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa,
dextrosa, maltodextrina, isomaltosa, sorbitol (E420), caramelo (E150)
•
Algodón: en forma de
aceite proveniente de semillas
•
Canola: en forma de
aceite.
26. Prefiere los productos orgánicos y de comercio
justo. Los productos orgánicos respetan el ambiente en su proceso de
elaboración y son más sanos y seguros que los procesados de manera industrial.
La certificación y denominación de orgánicos reconocida internacionalmente
prohíbe la utilización de transgénicos -o derivados de éstos- en los productos
de la agricultura y la ganadería. Los productos de comercio justo permiten,
además, combinar el cuidado del ambiente con un verdadero empoderamiento de las
comunidades campesinas a través de la repartición equitativa de las ganancias y
de la toma de decisiones.
27. Evita los productos con muchos empaques o
envolturas que acabarás tirando.
28. Lleva contigo una bolsa de tela para que no
utilices bolsas de plástico cuando hagas compras.
29. Separa tus residuos al menos en orgánicos e
inorgánicos y si es posible en reciclables (papel, aluminio, vidrio, cartón,
tetrapack, etc).
30. Convierte tu basura orgánica en composta.
31. Usa menos químicos y aprovecha las bondades de los productos naturales
cada ingrediente se puede encontrar en tiendas, mercados, farmacias,
tlapalerías y ferreterías.
32. Limpia con jabón puro que se biodegrada de manera
segura y no es tóxico. Asegúrate de que sea sin esencias, colores sintéticos u
otros aditivos.
33. En lugar de disolventes tóxicos utiliza vinagre (5%
ácido acético). Es un desinfectante suave, corta la grasa, limpia el
vidrio, desodoriza y remueve los depósitos de calcio, manchas y acumulación de
cera.
34. Aprovecha el carbonato de sodio. Corta la grasa,
quita manchas, desinfecta y suaviza el agua. No debe ser usado en aluminio.
35. No dejes atrás al bicarbonato de sodio. Trabaja
como abrasivo en recetas alternativas, desodoriza, remueve manchas, pule y
suaviza telas.
36. Olvídate de los plaguicidas industriales. Los
plaguicidas naturales son más baratos, seguros y específicos.
•
Agua de tabaco: coloca
un gran manojo de tabaco en 4 litros de agua caliente. Déjalo reposar por 24
horas. Aplícalo con una botella que tenga atomizador. Esta agua de tabaco puede
ser venenosa para los humanos, así que tenla en un lugar seguro.
•
Chiles: Licúa 2 o 3
chiles picosos, ½ cebolla y un diente de ajo en 4 litros de agua, hiérvelos,
déjalos remojar por dos días y cuélalos. Rocía esta mezcla en la zona afectada
o para prevenir la llegada de nuevas plagas. Puedes congelar esta mezcla para
usos futuros.
•
Ajo: Mezcla 4 litros de
agua, 2 cucharadas (30 ml) de jugo de ajo (no uses polvo de ajo ya que éste
puede quemar las plantas), 30 gramos de tierra diatómita (tierra de infusorios)
y una cucharada de alcohol para frotamientos. Esta mezcla puede ser congelada
para usos futuros.
37. Regala verde… Utiliza empaques verdes, reciclados,
periódicos, usa tu imaginación contribuyendo a la mejora del planeta.
38. Diviértete, experimenta, prueba, pero no con
petróleo. Si te gustan las emociones fuertes, entonces tal vez hayas intentado
alguna vez usar algún objeto, ropa o accesorio de policloruro de vinilo, mejor
conocido como PVC o vinil. El PVC genera algunos de los químicos más tóxicos
que existen: las dioxinas y los furanos. Por eso el uso de este material en los
juguetes de los niños ha sido prohibido en muchos países. El PVC de la ropa y
los juguetes sexuales también debe prohibirse, pues este componente está hecho
con cloro y otras sustancias consideradas probables cancerígenos, además de que
es un derivado del petróleo. Opta por accesorios de sustancias naturales como
caucho o látex.
39. Cama y “spanking” sustentable... placer de
tres. Asegúrate que la madera de la cama en la que duermes y disfrutas
del placer en pareja cada noche (al igual que las palas empleadas para el
“spanking”) sean de madera certificada y reconocida por el Consejo de Manejo
Forestal (Forest Stewardship Council o FSC, por sus siglas en inglés). Seguro
tú, tu pareja y los bosques estarán muuuy satisfechos y de paso los miembros de
las comunidades que se ven beneficiados por el manejo forestal sustentable.
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